Sweet paradise of freedom

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Reflejos

Mi reflejo no es más que una ilusión de lo que fue de antaño. Sé que no soy la de antes, la droga a dejado su marca al igual que el tabaco. Cada vez tengo más arrugas y mis pómulos son muy marcados, mis dientes, antes de un color blanco que lanzaba destellos al sol, se han convertido de un color amarillo-marrón que no puedo mostrar al público. No me arrepiento de nada, no podía seguir en ese mundo sin una pequeña ayuda, ese mundo donde la anorexia siempre esta presente y la imagen lo es todo, dónde los amigos solo están contigo por el dinero y el resto del mundo se divide en: chicas que te odian, tíos que solo te quieren para follar y chicas al borde de la anorexia y la bulimia.
La droga me ayudaba a conseguir ese estado de éxtasis que tanto necesitaba, donde me hacía compañía en las noches donde la oscuridad me tragaba. El tabaco me ayudaba por las mañanas a mostrar una imagen serena, y tranquila. No se como acabé aquí metida, yo solo quería triunfar pero no quería ser exhibida para que la gente me criticara sobre los vestidos que me obligaban a poner.
Solo quería poder, pero no este poder. Hace tiempo que no controlo mis impulsos y mis deseos cada vez son mas complejo. Sé que cada vez va ser más difícil ocultar las marcas que el tiempo, la rabia, el dolor y las drogas  han dejo en mi cuerpo, por mucho maquillaje, retoques y engaños no lo pueden ocultar y no quiero que nadie me mire más, por eso mi mano derecha se dirige hacia mis venas y las va rompiendo poco a poco, la sangre huye de mi cuerpo y mi corazón va más deprisa en un último intento desesperado por vivir, me dejo caer al suave y frío suelo y allí dejo que la vida se vaya de mi cuerpo poco a poco. Los ojos se me cierran.
Lo último que siento: odio
Lo que deseo recordar: amor
Lo que quiero encontrar: libertad