Sweet paradise of freedom

domingo, 9 de marzo de 2014

Princesa, esto va para ti.

Había una vez un princesa que soñaba con el poder de poder elegir su destino.
Ella pertenecía a una familia que la exigían más de lo que podría dar, pero ella al contrario de otras personas nunca desistió y luchó por perseguir su sueño.
A pesar de las duras condiciones en las que se encontraba luchó con fervor por aquello que más deseaba: libertad.
Una mañana de primavera, cuando el sol bañaba las tierras del lejano reino la princesa montada en su caballo negro salió para realizar un largo viaje.
Las tierras se iban sucediendo tras su paso, pero nunca miró atrás, mirar atrás no vale la pena si no tienes nada bonito que admirar y ella por desgracia no tenía ni un solo color en su pasado.
Las lágrimas se desplazaban por su rostro mientras que dirigía una mirada firme al horizonte y una promesa se escapaba de sus labios.
El caballo en vez de correr volaba y el viento feroz choca contra la cara de la joven huida que por primera vez en su vida sentía la adrenalina correr por su cuerpo.
Dejándose guiar por su instinto acabó en una pequeña aldea bastante alejada de su lugar de origen, una diminuta tienda de colores vivos captó su atención.
Dentro de ella había un bulto que, aparentemente parecían una bola de mantas, pero respiraba...
Aquella señora de apariencia viaje y joven alma le dio unas pastillas que la convertirían en aquello que ella más quisiera con la única condición de que tenía que ser material.
La princesa extendió su mano y cogió aquello que le tendían pensado que nunca las usaría.
Al volver a montar en su gran corcel, su padre le cortó el camino y la obligó a volver al castillo. La joven muy triste decidió tomarse las pastillas y pensó en una mariposa. Las mariposas son bonitas e inocentes y pueden volar tan alto como se lo propongan , no tienen límites.
Ellas son libres de escapar a donde quieran.
Por eso se  transformó en una mariposa y voló en busca de la libertad.